sábado, 19 de junio de 2010

Sir Alfred Hitchcock...el Maestro del Suspenso


Alfred Hitchcok, el Maestro del Suspenso…Genio, creador y maestro; dueño del suspenso de algunos y padre del miedo de muchos otros. Apasionado de su arte y preso indiscutido de dicha pasión; aliado de los detalles y minucioso observador de lo más mínimo. Gran ejemplo, acreedor de su reconocido talento y partícipe de más de 50 películas que lo elevaron a la gloria. El cine mudo y los films en blanco y negro, sus últimas obras: arte en su máxima expresión a todo color, con luz, sonido y movimiento.

Nacido en Londres en 1899, me sentí alagada al conocer que compartía con un grande el día de mi cumpleaños: 13 de Agosto. Hoy, 30 años nos separan del día en que dio sus últimos suspiros, pero lo cierto es que su legado se mantiene intacto, como esperando a ser consumido, analizado y sencillamente deleitado por las futuras generaciones. Algunos podrían argumentar que la turbulenta relación con sus padres fue el puntapié que lo inició en una carrera como cineasta sin precedentes, otros pueden repudiar incluso aquel rechazo que sentía por las fuerzas policiales y que tanto lo caracterizaba, pero la realidad demuestra que pocos pueden darse el lujo de ser recordados actualmente como Maestros e indudablemente, Sir Alfred Joseph Hitchcock, es uno de ellos.

Maravillada por algunas de sus propuestas y expectante ante la posibilidad de expresarme con relación a ellas, me tomé la libertad de elegir personalmente 3 de sus películas. Resultó una travesía cargada de desilusión encontrar un videoclub que todavía las tuviera entre sus góndolas; es lamentable tener que reconocer que el cine está desvalorizado y que las verdaderas obras maestras no reciben, muchas veces, el reconocimiento y respeto que merecen. Sin embargo, lejos de mi casa y en pleno centro, pude concretar el objetivo y al margen de las conclusiones finales que pude obtener con respecto a cada una de las obras, entendí que la magnificencia que estas presentan va más allá del resultado final: la realización, las escenas, cada toma teniendo en cuenta la época y los avances tecnológicos que acaecían hasta el momento, son algunas de las cuestiones que más llamaron mi atención. No es posible continuar, de cualquier modo, sin antes mencionar a las tres afortunadas, protagonistas principales de este trabajo y meritorias de todos los aplausos:

“Psicosis” es una película dirigida por Alfred Hitchcock en el año 1960. La película se ha convertido en un clásico del cine de terror y suspense, con el guión de Joseph Stefano. Se basa en la novela del mismo nombre de Robert Bloch, que a su vez fue inspirada por los crímenes del asesino en serie de Wisconsin Ed Gein. La película describe el encuentro entre una secretaria, Marion Crane (Janet Leigh), que se encuentra en la clandestinidad en un motel después de malversación de fondos de su empleador, y el propietario del motel, Norman Bates (Anthony Perkins).

“North by Northwest”, conocida en castellano como Con la muerte en los talones (España) e Intriga internacional (Hispanoamérica). Es un thriller de 1959 dirigido por Alfred Hitchcock y está considerado generalmente como una de sus mejores películas. Su estreno mundial tuvo lugar durante la 7ª edición del Festival de Cine de San Sebastián. Obtuvo tres nominaciones a los Oscar, mejor guión original, mejor dirección artística, y mejor montaje.

“Los pájaros” es una de las películas más conocidas del director británico Alfred Hitchcock. Está basada en un relato titulado The Birds, de Daphne du Maurier. Fue nominada al Oscar a los mejores efectos especiales. Esta película es diferente de las precedentes por la ausencia de música, que suele servir de instrumento al suspenso Hitchcokiano.

Para comenzar la comparación me gustaría hacer alusión al Erotismo. Desde mi punto de vista, la línea que puede delimitar lo erótico de lo banalmente pornográfico es casi impredecible y muchas veces incomprensible para algunos realizadores que se ven frente a un obstáculo enorme al momento de rodar una película. En el caso de los tres filmes mencionados, sin embargo, el autor se vuelve capaz de realizar esta tarea sin inconveniente alguno. Psicosis, por ejemplo, presenta el comienzo de la historia con una escena que resulta ser el perfecto ejemplo de la utilización de este recurso: La actriz (Janet Leigh) se muestra con total naturalidad utilizando únicamente un sujetador e interactuando sensualmente con el coprotagonista. Se plantea de este modo un juego de seducción, una atracción casi imprescindible que vuelve a notarse en Intriga Internacional como en Los Pájaros. En la primera la sensualidad está dada principalmente en la escena del tren: Una mujer hermosa, decidida y a la vez desconocida, se ofrece como único medio de salvación para un protagonista (Cary Grant) que no tiene escapatoria. La belleza indiscutida de la mujer, la noche de pasión que comparten en la habitación de ella, las miradas, las tomas que sin mostrar absolutamente nada son capaces de expresarlo todo. En Los Pájaros también existe una marcada sensualidad y el Erotismo se tergiversa en cada beso entre los protagonistas, en una necesidad que se demuestra con el querer permanecer juntos, tanto ante los ataques de las aves, como ante la mirada dominante y hostigadora de la madre del muchacho.

La calidad de los personajes, su personalidad y su aspecto físico demarcan, una vez más, cuáles son las cualidades que tiene en cuenta el cineasta al momento de elegir a los actores. Las mujeres por lo general son delgadas y siempre rubias; con preciosas figuras esculpidas se muestran dominantes y resueltas, capaces de tomar decisiones y de valerse por sí mismas ante cualquier inconveniente:

• PSICOSIS: Una rubia preciosa que decide robar una suma magistral de dinero. Toma su auto y huye sin pedir permiso, ni dar aviso previo a su hermana, persona en quien, se deduce, confía y con quien convive.
• INTRIGA INTERNACIONAL: Una dama justiciera, rubia, enamorada pero con ansias de venganza que decide trabajar para el Gobierno con el fin de desenmascarar a un grupo de delincuentes. Oculta su verdadera identidad, se vuelve aliada del enemigo y es la mejor de las mentirosas.
• LOS PÁJAROS: Una más con cabellos dorados. Capaz de seducir al ser que más desprecia, se aventura hacia un lugar que no conoce, averigua, investiga y logra alcanzar su objetivo: demostrar lo que puede hacer una mujer.

He aquí algunos ejemplos que demuestran esta particularidad del autor en lo que respecta, al menos, a las figuras femeninas. Incluso podríamos decir que tiene una especie de obsesión con estas condiciones. En cuanto a los hombres, los actores masculinos, todos se visten de manera similar; peinados hacia atrás, tal vez con un toque ligero de cabello hacia el costado, se muestran como hombres rudos y apuestos, galanes que cuadran cabalmente con la imagen de la protagonista. Son personas que pueden ser dóciles ante la rudeza de ellas, pero también fuertes y concluidos a plantarse frente a la obstinación de las mismas. El hombre en estas tres películas ocupa el lugar del protector: el novio así como el detective en Psisosis, el enamorado y futuro prometido en Los Pájaros y el completo desconocido, pero amor al fin, en Intriga Internacional.

Continuando con algunas otras cuestiones, es prácticamente imposible hablar de Alfred Hitchcock sin mencionar su inclinación hacia los giros imprevistos. El maestro, en estos tres rodajes, hace especial hincapié en un principio que posteriormente no presenta relación alguna con el eje central de la historia. Se utilizan aperturas que muestran la realidad de todos los días, la imagen de una persona determinada que tiene un estilo de vida, una rutina, pero que de repente deja de serlo para que su vida caiga en un estado de caos total. Los personajes son sometidos a una serie de acontecimientos con los que, según se esboza al comienzo, no son capaces de lidiar: Una mujer que trabaja durante diez largos años en una empresa y de un día para otro toma la decisión de robar 40 mil dólares, huir y que cae finalmente en las garras de un asesino, algo que jamás hubiera imaginado. Un hombre que tiene una vida laboral recargada, cuyos tiempos apretados lo transforman en un ejecutivo común y corriente, que por alguna razón es confundido, secuestrado y acusado de asesinato. Y una dama que resulta ser “la niña mimada” se mete en graves altercados al querer demostrar que puede defenderse, e incluso es atacada deliberadamente por una manada enfurecida de pájaros asesinos. ¿Quién podría poner en duda que una de las características de Hitchcock sea el desconcierto?

Además, dentro de esta misma temática, es importante enfatizar la capacidad del artista para mantener la intriga y el suspenso dentro de cada escena. Con un método que combina extrañeza y confusión, pretende mantener a la audiencia expectante e interesada, y según sus propias palabras, busca evitar que el público pueda antecederse a los hechos. Tiene en cuenta para ello no solo las escenas en sí mismas, sino también cada toma. Pone especial atención a los detalles e inclusive da mayor importancia a cuestiones mínimas que terminan por despistar al espectador para que el impacto de lo próximo, golpee con una fuerza aún mayor. Lo sensacional de este distintivo es la dimensión que le imprime a cada momento de la película, cada escena es un mundo nuevo donde la audiencia no sabe a qué atenerse y la adrenalina ocupa un papel imprescindible.

Alfred Hitchcock parece tener siempre un as bajo la manga. El decorado es uno más de los tantos elementos que me llamaron la atención; la realidad, la autenticidad de cada escena y esa formidable caracterización de los paisajes que le dan credibilidad a los hechos en un grado superior. En Psicosis la majestuosidad de la casa y el motel, oscuros y tenebrosos; en Los Pájaros el ataque de las aves que, si bien no están allí, el efecto está logrado de una manera impecable. En Intriga Internacional, la recreación del Monte Rushmore como algo que quedará para la historia, la acción de los personajes deslizándose por entre las enormes rocas. De este modo, utilizando elementos como maquetas, videos, sonidos, decorados e imágenes de fondo, da la impresión de querer sobrepasar los límites de lo conocido con el fin de superar, de una u otra forma, las maneras de filmar, alcanzando una identidad propia y una nueva mentalidad con relación al cine como expresión artística. La delicadeza de esta gran figura del cine internacional, se ve claramente aplicada en cada pormenor de sus películas, dando muestra de sus ideas mediante una serie de obras maestras que permiten dilucidar a uno de los padres del cine, como materia, como técnica y oficio.
En particular, pude observar un estilo que se repite inexcusablemente en las tres películas analizadas y que me resulta extraño con relación a los rodajes actuales, mucho más avanzados. Se trata de escenas en movimiento, ya sea traslado en automóviles o la escena del bote en Los Pájaros, donde Melanie atraviesa el lago al encuentro de Mitch. En dichas escenas se coloca al personaje como figura central de la imagen y detrás de él se posiciona una grabación que simula el trayecto recorrido; pero lo particular es la duración de estas escenas, como si Hitchcock las utilizara como un momento de reflexión no solo para el personaje, sino también para la audiencia. Claros ejemplos de esto son el segmento de la huida en Psicosis y el escape de Grant en estado de ebriedad, en Intriga (también la toma del bote, que finaliza con el primer ataque de las aves de Los Pájaros a la que aludí anteriormente).

La pregunta ahora es, ¿por qué esa manía del autor de querer generar un estado de apatía, y tal vez, de rechazo hacia sus personajes? Este interrogante me lanza a una nueva precepción impulsada por la sensación que me dejaron los filmes, con relación a los protagonistas. En Psicosis la mujer casi promiscua que debe esconderse de la sociedad para verse con su amante; personaje que, además de todo, decide robar una suma de dinero y huir como una delincuente. En Intriga Internacional pasa algo similar con la joven protagonista: Mentirosa, seductora y arrogante; supuesta cómplice de la injusticia. Finalmente Los Pájaros, la protagonista principal encarna a una mujer sin complicaciones que desafía al hombre que trata de superarla; y por otro lado una madre, incapaz de dejar libre a su hijo por el propio miedo que siente hacia la soledad.

Lo llamativo en todo esto no es solo que Hitchcock se ensaña en amedrentar, por así decirlo, a las mujeres de sus historias, sino que posteriormente pretende resarcirlas. Pone de manifiesto la posibilidad de “perdonar” al personaje e incluso llegar a sentir por él, el mayor de los cariños. Los ejemplos se das ante una Marion que arrepentida decide devolver la suma que había sustraído; una Melanie comprensiva y enamorada y una madre que acepta a su nuera como integrante de la familia; y una Eve que resulta ser colaboradora del Gobierno en la lucha por vencer al enemigo. De este modo se genera una experiencia sin precursores donde las emociones del espectador son sobrepasadas por una cantidad innumerables de propuestas. Es el odio versus la lástima, todo dentro de un mismo film y en lo que se refiere a un mismo personaje.

Una buena comparación y un análisis exhaustivo no son tales si no se hace referencia a la banda sonora. La música que implementa nuestro experto se torna similar en todas sus películas, pero siempre persiste en cada una algo que, a la vez, la vuelve muy diferente de las demás. Por lo general emplea sonidos instrumentales, sin voces, pero que generan climas de misterio, suspenso siempre vigente, desesperación y por qué no también, soledad. Muchas veces podemos sentir claramente que la música lo dice todo y sin necesidad de palabras entendemos a cada instante lo que busca transmitir la actriz o actor, en su interpretación de cada escena.

En Los Pájaros, por ejemplo, no se aplica ni siquiera la melodía instrumental; por el contrario el chillido de las aves, sus aleteos, sus movimientos y sus quejidos alborotados se conjugan a la perfección para dar vida a atmósferas diferentes, con ritmos inigualables que ante el oído humano no dejan de ser la música de fondo.
Podríamos mencionar además la dificultad que representa comprender el porqué de algunas imágenes, la razón por la cual se hacen presentes en las filmaciones adentrándose en la historia. Alfred Hitchcock se toma el tiempo de incluirlas, de darles sentido e incluso de utilizarlas más de una vez como un conector rápido, conciso y perfecto:

• PSICOSIS: En medio del rodaje aparece como de la nada la mujer del comisario. Hasta el momento ni él ni ella habían sido relevantes ni significativos dentro del transcurso de la historia. La mujer, sin embargo, expone un segmento fundamental del guión que demarca un antes y un después en la secuencia, la sorpresa de que la madre de Perkins había muerto hacía ocho años.
• INTRIGA INTERNACIONAL: Aquí me resultó algo irrelevante, pero quizás necesaria la participación de la secretaria. Con esto entiendo que el autor pretendió dar la sensación de rutina que en la que vivía el protagonista, que luego se vio obligado a atravesar obstáculos que no le correspondían. A pesar de ello no logro cuadrar del todo la primera escena con el resto de la película.
• LOS PÁJAROS: Durante esta película, la escena “descolocada”, según mi parecer, se presenta en la cafetería tras el fatídico y masivo ataque. He aquí la aparición de una madre algo desesperada que tilda a Melanie de maldita y culpable de los episodios vividos; argumentando que los pájaros habrían enloquecido a raíz de su llegada.

Resulta interesante rescatar como otro dato significativo, que además se reitera en los ejemplos cinematográficos seleccionados, la sensacional redundancia de situaciones extrañas, de demencia y psicopatía. Como alcancé a explicar brevemente en la introducción, la relación de Hitchcock con su padre habría sido complicada y algo enfermiza. Para el artista, su padre era el típico comerciante que tenía el orden, la disciplina y la austeridad en la cima de su escala de valores para afrontar la vida. El autoritarismo y la rigidez moral presidieron la educación del joven Alfred, generando el interés del director por el tema de la culpa, omnipresente en todos sus filmes y esquema común de la trama profunda de sus historias, normalmente como una alegoría sobre el pecado y la redención. De su madre, en cambio, Hitchcock hablaría muy pocas veces, pero de mayor intentó siempre mantenerla a su lado.

De esta manera, personajes con personalidades dobles, hombres que sufren catastróficas consecuencias por una confusión y aves enloquecidas que, sin saber por qué razón arremeten contra la sociedad humana; son algunos de los tanto ejemplos que permiten asociar al cineasta con trastornadas percepciones de la vida y el mundo. Lo paradójico es reflexionar que, esta característica en sus filmes, resulta ser uno de los principales atractivos, y tal vez, lo que más incita al público a consumirlos. Incluso la audiencia misma se siente muchas veces más identificada con el personaje infame y desequilibrado, que con el bueno de la historia: Un claro ejemplo de ello es la escena donde Perkins decide arrojar el auto de la asesinada al pantano; dentro del vehículo no solo se encuentra el cuerpo sin vida de la chica, sino el dinero y todas sus pertenencias. Sin embargo, y a pesar de la malevolencia del acto, al momento en que la carrocería parece dejar de hundirse, se genera en el espectador una sensación de angustia, como deseando muy en lo profundo que desaparezca entre las aguas para no dejar huellas.Podríamos sugerir entonces que el autor niega de algún modo la realidad, escondiéndose detrás de una naturaleza imaginaria e invitando a vivir situaciones insólitas e inesperadas, como si fueran capaces de suceder en el mundo real.

La violencia también es un tema recurrente, como un estigma, un código descifrable con claridad en los tres videos. En primer lugar la clásica y más que conocida escena de la ducha; la sangre que cae junto con el agua, la fuerza con que se hunde cada puñalada, el rostro abatido de Janet Leigh ante la sorpresiva aparición. En segunda instancia las amenazas, el cuchillo, las armas, el avión y el forcejeo entre el bien y el mal en la cima de un monte que determinará quién saldrá victorioso. Y en último lugar, pero no menos importante, la criminalidad de las aves empedernidas en su anhelo de lastimar incluso a niños inocentes.
El maestro supo como elaborar una cantidad inexplicable de estas escenas, con características únicas y propias, además de complementarlas y combinarlas perfectamente con el romance, el suspenso, el miedo y la duda. Una mente brillante que expone a sus seguidores una verdadera aventura, donde las partes forman un todo difícil de superar.

¿Cómo? ¿Por qué?, por lo general en el transcurso de toda película estas interrogantes son respondidas, aunque sea casi sobre el final del relato. Alfred Hitchcock, a diferencia del resto, decide no dar algunas explicaciones, como si fueran sobreentendidas o no fuesen necesarias. En Los Pájaros, el hecho en sí mismo, es decir los ataques, simplemente se dan, sin embargo en ningún momento se brinda claridad con relación al porqué de esta avasallante reacción. Las aves simplemente se abalanzan por sobre los pueblerinos en grupos de gran magnitud y sin previo aviso destruyen todo lo que encuentran a su paso. El final del rodaje deja en el público la inquietud del porvenir: nadie sabe qué pasará con los personajes de ahora en adelante, nadie entiende que ocurrió con los animales, ni que los motivó a actuar de esa forma. Algo parecido se da en Intriga Internacional cuando no se alude en ningún momento a la confusión: Cary Grant meramente fue involucrado pero no se explica porqué; es decir, si nadie jamás había visto el rostro de “Kaplan” por el hecho de que no poseía realidad física porque era una mentira, un señuelo ¿Por qué habrían de confundir a un ejecutivo en publicidad con un supuesto enemigo de las mafias? Estas cuestiones son dignas de ser analizadas por el simple hecho de la antagonía a la que remiten al considerar las estructuras a las que, como audiencia, estamos acostumbrados a ver. En Psicosis quizás no se describe precisamente un hecho sin explicación, pero podemos tomar como ejemplo el robo del dinero, que si bien suponemos será utilizado para huir con el amante, no hay palabras que lo afirmen ni imágenes que lo corroboren como definitivo.

La desprotección del personaje participa más de lo que creemos en las tramas de Alfred Hitchcock. Ese repudio que mencionaba al comienzo, con relación a la policía como institución, se ve plasmado al menos en estos tres filmes como queriendo corroborar su posición y su ideología al respecto. En el desierto, con los criminales al asecho y la vida pendiendo de un hilo, los protectores se niegan a salvar al hombre que, en Intriga Internacional, no tiene escapatoria dentro de un siniestro plan que no es capaz de comprender. En Psicosis la realidad es, según palabra del propio Hitchcock, que acudir a la policía “es una lata”; sin olvidar la situación en que, tras la muerte del detective Arbogast, el comisario hace caso omiso a las inquietudes de la denunciante. En Los Pájaros, las autoridades incrédulas no aceptan que son las aves las que causan grandes daños y homicidios.

Claro está que los personajes se ven atrapados en un laberinto que no tiene principio ni fin. Con reacciones tardías y ayuda demorada, quienes tienen la obligación de salvaguardar la vida de los desamparados hacen oídos sordos a los reclamos poniendo en riesgo la integridad física de las personas. Este efecto está logrado con tal eficacia que, en lo que mí respecta, generó un alto grado de frustración; cada filme hace que el espectador se vuelva parte de la trama, piense, actúe y sienta como si participara de la película, como si la ficción cobrara vida en la realidad. Alfred Hitchcock cuenta con esa particularidad como un valor innato, la de transportar a lugares desconocidos, configurados por la mente y el alma, donde la imaginación es la vía para arremeter con el juicio y caer en lo ilusorio, al menos por un momento.

El tiempo es un bloque con el que el autor juega continuamente, generando desconcierto y apropiándose de los minutos como si fueran breves segundos. Hitchcock plantea la utilización de largas escenas como herramienta para medir el impacto de la película en la audiencia y utiliza en los tres filmes, actos de larga duración, de muchos minutos donde la voz no predomina y la interpretación del suceso en fundamental. Un claro ejemplo se da en Los Pájaros cuando Melanie queda atrapada en la garita telefónica: es ahí donde ella pasa a ocupar el lugar de los pájaros, enjaulados y privados de su libertad. Dicha toma es larga y redundante, lo que permite aplicar la propuesta del cineasta que expresa: “Si el público está interesado, la escena será siempre muy corta, pero si se aburre, siempre será demasiado larga”. Alfred Hitchcock pasa a generar una bomba de tiempo donde la velocidad se intercala con el silencio, la ironía y la perplejidad.
Llegamos de este modo, al final de nuestro trabajo. Estas fueron algunas de las tantas características que pueden darse a conocer de un hombre que supo, desde su posición, escalar siempre más alto y alcanzar merecidamente el lugar que ocupa dentro de la historia. Aclamado y adorado por muchos fue siempre fiel a sus instintos. Por tanta grandeza, con ustedes Sir Alfred Hitchcock…