Somos hijas, hermanas, tías y madrinas. Somos profesionales,
amas de casa. Cuidamos nuestra belleza y cultivamos nuestra inteligencia.
Podemos hablar por teléfono con una amiga y aconsejarla, al mismo tiempo en que
planeamos la cena y ordenamos el desastre que acontece en nuestro placard, con
la esperanza inútil de que permanecerá arreglado más de tres días seguidos.
Muchas de nosotras podemos serlo y tenerlo todo, pero antes que nada…queremos
ser mamá.
En Rosario y el mundo, existen millones de parejas que
atraviesan algún tipo de dificultad a la hora de concebir. Se trata de un
período doloroso y desgastante, generador de frustraciones interminables que se
combinan con tensión y ansiedad, pero que en muchos casos, el desenlace se
configura en un final feliz. La idea de esta nota es llevar a las mujeres un
mensaje de esperanza, que puedan entender que no están solas y que, con
paciencia y esmero, siempre llega la solución.
El caso de Stella es un ejemplo. Tiene 42 años, es maestra,
ama de casa, amante esposa y madre de tres hijos. Sin embargo, llegar a esta
etapa de su vida, plena y colmada de orgullo, no le resultó nada fácil. Cuando
tenía 20 años y con sólo tres meses de casada, recurrió a una primera consulta
con un especialista en fertilidad; el resultado fue abrumador. En aquel momento
su esposo padecía una dificultad a partir de la cual su conteo de
espermatozoides era extremadamente bajo. “Si esto no se soluciona, quizás nunca
quedes embarazada”, le hizo saber el médico poco después de obtener los
resultados. Según explica la protagonista, la noticia fue devastadora. Siendo
tan jóvenes, la angustia se apoderó de ambos y debieron luchar contra un futuro
incierto y una noticia que los uniría aún más, o terminaría por separarlos.
Las palabras de la mujer resonaban al compás del brillo de
sus ojos: “Cada mes que tenía que venirme la menstruación era un castigo”. El
tiempo para ella transcurría entre estudios y tratamientos, la relación con su
esposo se mantenía vigente y más fuerte que nunca, pero la situación los había
aislado de sus amistades, asolados por el síndrome de un nido vacío que nunca
había estado lleno. Según relata Stella “todas las parejas de amigos habían
empezado a tener sus hijos”, por lo que la tristeza era incontenible.
Finalmente, tras años de búsqueda constante e
ininterrumpida, el matrimonio decidió optar por la inseminación artificial. Fue
entonces que en una nueva consulta, su médico detectó una falencia de la que
nadie se había percatado, ahora, en ella: una radiografía revelaba que tenía
una de sus trompas totalmente obstruida y la otra semi tapada. La solución era
un procedimiento quirúrgico al que se sometió con éxito y un mes después…quedó
embarazada.
Stella supo desde el principio que la clave estaba en la
contención y el apoyo de su familia y amigos. Hoy recomendaría quizás el apoyo
psicológico, como ayuda para las parejas que deben convivir con la
incertidumbre. Supo también que detrás de la necesidad de procrear, se alza un
comercio que pretende exprimir los bolsillos de las víctimas, endulzando sus
oídos con mentiras; pero no dejó de luchar. Guarda en lo más profundo de su ser
y a raíz de lo que le tocó vivir, un asunto pendiente que la llena de orgullo:
adoptar, ser mamá del corazón.
Seis años transcurrieron entre aquella adversa primera
visita y su tan ansiado embarazo. Una bebé hermosa fue fruto de la dedicación
de dos personas que no bajaron los brazos, que no se quedaron en la nada misma
llorando por los rincones. Ambos siguieron adelante, impulsados por el deseo
desmesurado de experimentar el amor más grande e inexplicable de todos: el de
ser padres. Hoy, la madre sólo tiene un mensaje por transmitir a esas miles de
mujeres que comparten su experiencia: “Es difícil, pero nunca deben rendirse.
Sin dudas, tienen que seguir adelante”.
Mirada profesional
Georgina Meneghini, directora médica de Fecundare (Sede Procrearte
Rosario), explicó a IneditadaS que entre las causas más frecuentes de esterilidad en mujeres, la endometriosis se
encuentra en el primer lugar. A ésta, la secundan, la patología de tubo
peritoneal, la enfermedad pélvica inflamatoria y otras dolencias conocidas como
síndromes adherenciales. Dichos padecimientos constituyen entre el 40 y el 45%
de los casos de infertilidad femenina.
“Cuanto
mayor es la edad de la mujer, más aún a partir de los 35 años, disminuyen las
posibilidades de lograr un embarazo”, expresó la especialita. Posteriormente
agregó que “debido a la alteración de la calidad y cantidad ovocitaria, la
edad de la mujer es el factor determinante de la fecundidad”. Según indicó, el
tratamiento más efectivo cuando hay alguna
alteración
en la calidad y/o cantidad ovocitaria, es la ovodonación, un tratamiento
efectivo en el 45% de los casos y agregó
que “en forma natural, las posibilidades de embarazo son del 25%. “
Finalmente,
la doctora detalló que “si la pareja tiene una evaluación previa, habiéndose identificado
concretamente los factores que producen la esterilidad, los resultados de las
técnicas de alta complejidad son de aproximadamente un 35%”. Esto significa que,
dependiendo de las características particulares de cada caso, las parejas
deberán realizar alrededor de tres tratamientos, para llegar al objetivo.
Nuestro
mensaje desde IneditadaS es…¡Adelante mujeres, ustedes pueden y no están solas!
NOTA ORIGINAL EN IneditadaS.com: http://www.ineditadas.com/cultura/destacadas/problemas-para-concebir-no-estas-sola/