Nacido a pocos kilómetros de Rosario, recorrió
con su arte cada vestigio del país… y más. Guerrero de estos tiempos, grita al
compás de una dulce melodía la desgarradora realidad de un pueblo que lucha, la
belleza de un paisaje que descansa quieto a la sombra, el dolor ante una
pérdida, el valor de una vida que merece ser vivida.
Al sur de la provincia de Santa Fe, casi como
acunada por los rayos del sol naciente, crece libre y ferviente la comuna de
Pueblo Andino. Madre de casi 1800 habitantes, es ‘el lugar en el mundo’ de
muchos, pero pocos de sus hijos son como él. Autor, compositor, intérprete y
docente; dueño de un repertorio ligado al cancionero popular, que sirve para reclamar,
criticar, rescatar y enaltecer. Jorge Fandermole es de esas personas que no
pueden pasar desapercibidas, porque ha tenido y todavía conserva demasiado por
decir, porque su vida es expresión, y la música, el instrumento que lo
transforma en un verdadero artista…
¿Cómo fueron tus
comienzos en el mundo de la música? ¿Contaste con el apoyo de tu familia al
momento de encarar este camino?
No crecí en una familia de músicos, pero sí
tuve de parte de mis padres un buen estímulo porque me regalaron una guitarra y
me dieron la posibilidad de estudiar. Nunca tuve una formación académica
completa, pero sí muchas experiencias formativas en grupos vocales e
instrumentales y en coros, incluso mucho antes de empezar a pensar la música como
una posibilidad profesional.
Qué elemento
considerás más importante para un artista, ¿el prestigio o la popularidad?
¿Cuál de los dos atraviesa tu carrera?
El prestigio puede pensarse como un
reconocimiento en un ámbito más reducido, el de los músicos o el de la crítica especializada,
mientras que la popularidad podría entenderse como la aceptación generalizada y
masiva de una propuesta artística. Me parece que si uno entiende y acepta las
relaciones entre arte y mercado o industrias culturales, ambas condiciones son
igualmente importantes. No digo que no me interesen, ya que estoy incluído en
un mercado editorial y del espectáculo, pero tengo claro que pertenezco, igual
que muchos, a una periferia artística.
Por otro lado prefiero recordar que el
prestigio y la popularidad también condicionan a los artistas. Muchos
revulsivos y necesarios cambios en los lenguajes y su tratamiento, suelen darse
absolutamente al margen de estos valores aparentes.
¿Qué es la
militancia para vos? ¿Qué palabras podrías dirigir a aquellos que luchan e
incluso entregan su vida en pos de defender sus ideales?
Siento un profundo respeto por quienes
deciden dedicar su tiempo y su energía a trabajar por una idea o un proyecto.
Existe un tipo de militancia crítica que suele no obedecer a jerarquías ni
contabilizar u ordenar adherentes, que suele aportar su vida en el anonimato,
por el bien de su comunidad o de su ambiente. Existe también otro tipo más
orgánico y con diverso grado de verticalidad en las decisiones. Creo que en
cualquier caso los militantes merecen nuestro respeto porque son capaces de
acompañar sus convicciones ideológicas con sus acciones, lo que los hace más
generosos que el resto.
También hay una militancia acrítica, vertical
y especulativa, ya sea leal hasta las últimas consecuencias o acomodaticia, que
previó esta actividad como una forma de ascenso hacia el poder político y
económico. Esta me parece absolutamente deleznable.
¿Pensás en la
música como una herramienta para la transformación social? ¿A qué cambios
aspiras y cuál es el mensaje que pretendés transmitir?
Creo que cualquier expresión artística
genuina, por su propia naturaleza no utilitaria y su capacidad de emocionar es
naturalmente transformadora y esa transformación debe considerarse en cada uno
de los individuos. Una obra artística puede aclarar, pacificar, inquietar o
violentar las sensibilidades y en éstos cambios radica su posibilidad de
transformar. Lo estético es independiente de lo ideológico y los resultados de
esos vectores y tendencias serán distintos e imprevisibles. El arte ha servido
a la revolución de izquierda y al fascismo. Una canción es un testimonio
individual que puede transformarse en el signo de un tiempo y de una comunidad,
inclusive cambiando su sentido inicial. Algunos artistas han sabido dialogar o
representar el sentimiento general de su generación, pero no sé en qué medida
han podido premeditar ese resultado. Prefiero no especular y tratar de ser
sincero en forma y contenido más que pretender dirigir un mensaje con un
objetivo o con una consigna, aunque a veces esto ocurra.
¿Qué lugar ocupa la docencia en tu vida?
La docencia es una actividad que tiene un
lado utilitario, no solamente por la condición de trabajo productivo sino
porque siento que puedo volcar alguna experiencia con un resultado útil para
otros y eso me gratifica. Pero además es una forma de mantener activa la
memoria y la crítica, y recibir de los demás la diversidad de visiones, puntos
de vista y experiencias que modulan el propio saber. La relación con los
alumnos es de elementos de un sistema que circula e intercambia. Esa
realimentación es lo más interesante para ambos.
Muchas de tus
canciones remiten a nuestros ríos, protagonistas de tus letras y descritos a la
perfección. ¿Existe alguna explicación particular que justifique tu amor por
estas aguas?
Recurrentemente aparece la cuestión del río
como si fuese el carácter distintivo o más significativo de las canciones que
escribo; yo me preguntaría qué es lo que hace que unas pocas canciones dentro
de un conjunto numeroso se lean como el tema más importante.
Indudablemente lo es, pero no es excluyente.
De cualquier modo, repito, creo que el paisaje y sus rasgos crean vínculos
singulares con las personas y comunidades que lo habitan, Hay una relación en
los hábitos culturales, en la producción, en la concepción del espacio y del
tiempo y del lenguaje, tanto más fuerte cuanto menos condicionado o incluido en
el medio urbano (muy aislante en varios sentidos) y más abierto al medio
natural esté uno. Tengo hábitos mucho más cercanos a la intemperie que a los
interiores urbanos y por lo tanto me siento muy vinculado al ambiente de
puertas hacia afuera. El río es el rasgo natural más fuerte de nuestro entorno
y el agua es la sustancia dominante, es bastante lógico que esté tan presente,
no meramente como paisaje sino como referencia física, como medio donde ocurre
el drama humano.
Oración del
Remanso es una de tus grandes obras, desde mi punto de vista, una de las
canciones más bellas que escuché. ¿Cómo nace y que cosas inspiraron su
creación?
Oración del remanso, canción de imprevisible
circulación al momento de componerse y con una cantidad inaudita de versiones,
es un ejemplo del azar de las relaciones de individuos y sociedad con una obra
artística, y de cómo ese rasgo gigantesco del paisaje que es el río, entra de
algún modo en el lenguaje y en los sentimientos de muchos. Nace de advertir que
hay un lugar con un nombre, una comunidad de pescadores con una vida y labores
muy duras, un símbolo religioso a modo de regente y un río que todo lo
contiene, lo modifica y lo atraviesa. Todo un universo de enorme belleza pero
también de lucha, privaciones y mucho esfuerzo.
Has compartido
escenario y estudios con artistas de renombre. ¿Qué recuerdos de dicha
experiencia sobreviven especialmente en tu memoria?
Reitero que en las relaciones con mis pares
músicos he sido siempre el más beneficiado porque soy quien más aprendió.
Aceptando la parcialidad que significa mencionar sólo a algunos, podría decir
que los dos años que trabajamos con Lucho González, Juancho Perone e Iván
Tarabelli fueron excepcionalmente fecundos en experiencias; principalmente
debido a la muy sólida formación de Lucho y la generosidad que demostró al
trasmitirnos incesantemente sus conocimientos y recursos, y a la inusual
intensidad de trabajo de ensayos, que eran diarios y muy extensos. Insisto sin
embargo que el trabajo compartido con todos aquellos con quienes he podido
relacionarme, constituye indudablemente la parte más importante de mi formación
artística.
Contanos acerca de
tu último trabajo, “Fander”, que tiene la particularidad de ser un disco doble.
¿Cómo lo definirías? ¿Cuándo será la presentación del mismo en Rosario?
“Fander” es un disco celebratorio, supongo,
por una especie de involuntaria decisión de hacer un balance al cabo de más de
treinta años de trabajo y juntar de los primeros tiempos aquello que fue
sobreviviendo a la autocrítica, con lo más reciente, adecuando todo a la
sonoridad actual. Pero es una conclusión a la que llegué luego de haberlo
concluido.
La presentación en Rosario, el 9 de agosto en
el Teatro Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España, se basará
en un formato de grupo junto a Marcelo Stenta en guitarra, Fernando Silva en
bajo y violoncello, músicos que me acompañan habitualmente. Además estarán
Juancho Perone en percusión, Carlos Aguirre en piano, Julio Ramírez en acordeón
y Carlos Pino, Julián Venegas y Lucas Heredia en voces. Es un disco que debe su
sonoridad a la confluencia de muchos invitados y si bien faltan algunos (Iván
Tarabelli, José Piccioni y Luis Barbiero) intentamos poner en vivo el espíritu
con que fue grabado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario